La banca estrangula a empresas y familias. ¡Intervención ya, que más tarde será inútil!

Emilio BotínLa crisis empezó en la banca y tiene que terminar en la banca.

La construcción cayó primero, porque la excesiva dependencia del sector hacia la financiación bancaria no pudo resistir que de golpe la banca amiga y socia en tiempos de expansión dejara de renovarle la financiación y a la vez le saboteara las ventas al dejar de dar préstamos para la compra de viviendas. Por haberla dejado rodar, la “ligera desaceleración” ya se ha generalizado y está presente en todos los sectores, desde las ventas de automóviles hasta la ocupación hotelera y todo se desploma en un implacable efecto dominó. Ahora ya el ciudadano no puede arreglar la crisis él solito dejando de dar un euro de propina por un desayuno o comiendo conejo en lugar de pavo.

¡Intervención ya! ¡Control ya!.

Puede que no sea justo –de hecho, no tiene nada de justo- ni mucho menos popular socializar las pérdidas de quienes han entrado en pérdidas precisamente por su propia codicia, pero mucho más injusto es que los políticos a los que los ciudadanos hemos dado nuestra confianza asistan impasibles al estrangulamiento de empresas y familias por parte de la banca amiga –amiga de todos los partidos políticos sin excepción-, porque eso les convierte en cómplices del drama humano de cierres, despidos, embargos, desahucios y retornos.
Si intervenir sin más es premiar a los malos –como bien nos advertía el comisario Almunia-, no intervenir convierte a los políticos en cómplices de algo peor, que es castigar a los “buenos”, que presumo que somos los ciudadanos que no somos ni presidentes, ni administradores ni consejeros ni grandes accionistas de banca o constructoras.
Si los malos están en la construcción, el gobierno ya ha tomado medidas para premiarlos –no te escandalices tanto, comisario-, aunque sólo a los grandes, porque las medidas sólo favorecen y satisfacen al lobby de las mayores constructoras, casualmente presidido por el ex presidente de la Oficina Económica de Moncloa David Taguas. ¡Toma política social!

Y si todos estamos de acuerdo en que los malos malísimos son los que han participado en la perversión del sistema financiero –me pregunto hacia dónde miraban todos los políticos mientras tanto-, también deberíamos coincidir en que la necesaria intervención tiene que acompañarse de medidas que garanticen que ni les resulte un premio –seguro que los financieros imaginativos ya tienen sus premios a buen recaudo- ni les salga gratis. Se intervenga o no, es imprescindible arbitrar medidas que establezcan mucho más control sobre bancos y una nueva normativa para las cajas de ahorros, que en su codicia y voracidad ya no se distinguen de los bancos, que por mucho que gasten en intentar vendernos su obra social, estos benefactores sociales van desahuciando a familias mientras compran mansiones en Miami a sus ejecutivos o dan trato de favor a los partidos políticos para que luego les echen una manita y les prescriban 60.000 millones pts de delito fiscal –¿verdad, Solbes?-¡Toma obra social!

La economía se ahoga por falta de dinero: la concesión de créditos se desploma un 40% en lo que va de año.
Cotizalia.com 23.09.08 C. Sánchez

Nueva vuelta de tuerca a los problemas de liquidez de la economía. Los últimos datos del Banco de España reflejan que la financiación al sector privado -incluyendo préstamos y valores- está creciendo ya a un ritmo anual del 8%, la tasa más baja desde noviembre de 1996. Si se elimina el efecto de los precios, el avance es, incluso, más reducido: un 6,2%, según datos deflactados por el Ministerio de Economía.

Para hacerse una idea de la evolución de este indicador -clave para entender el momento económico- hay que tener en cuenta que en 2006 la financiación al sector privado creció un 20,4% (tres veces más que ahora), y que en 2007 el aumento fue del 17,3%, lo que da idea de la intensidad del ajuste.

La tasa puede parecer todavía elevada habida cuenta de la restricción del crédito que sufren los agentes económicos, pero hay que observar que recoge información de meses en los que el 'credit crunch,' iniciado en agosto del año pasado, no era tan relevante. De hecho, si se descuenta este factor, los resultados son muy diferentes. Si en los siete primeros meses del año pasado, el conjunto de las entidades financieras prestó al sector privado de la economía (familias y empresas) 168.419 millones de euros (flujo efectivo), este año, y en el mismo periodo de tiempo, la cuantía asciende a 96.748 millones, lo que supone un descenso de algo más del 40%. Es decir, que se ‘han retirado de la circulación’ algo más de 70.000 millones de euros que otros años se prestaban, lo que explica las dificultades de empresas y familias para renovar sus pólizas o los que problemas que existen para lograr un préstamo bancario.

El cierre del grifo del dinero está afectando a todos los sectores económicos, pero en particular a los hogares que piden un préstamo para adquirir una vivienda. El crédito hipotecario que contratan las familias está creciendo, de hecho, un 7,2% (sin deflactar), muy por debajo del 17% que se registró en 2007 o el 22,6% de un año antes.

La causa de esta fuerte ralentización del crédito (hasta alcanzar niveles que se aproximan ya a los alcanzados durante la recesión del bienio 1992-93) tiene que ver con varios factores. En particular con dos: la restricción de crédito derivada de la crisis financiera y la subida de los tipos de interés, que merma la capacidad de endeudamiento de las familias.

Suben las hipotecas.

Según los datos del Banco de España, el tipo de interés medio que tienen que pagar los hogares para adquirir una vivienda se situó en julio en 5,9%, por encima del 5,3% registrado el año pasado y a una distancia considerable del 3,4% que se aplicaba en 2005 en pleno ‘boom’ inmobiliario. El precio del dinero que se aplica para el conjunto de las actividades de crédito -lo que el banco central denomina tipo sintético- es, incluso, superior. De nada menos que del 6,36%, lo que supone unos tipos de interés reales que no se recordaban desde el nacimiento del euro, hace una decena de años.

Es decir, que el dinero no sólo es escaso -lo que se explica por la elevada aversión al riesgo que tienen en estos momentos las entidades financieras-, sino que, además, es caro. Por un lado, debido a que el BCE ha elevado los tipos de interés, y, por otro, como consecuencia de que los propios bancos no se prestan dinero entre sí, lo que provoca tensiones alcistas en el mercado interbancario.

Los problemas de liquidez existentes en la eurozona son especialmente preocupantes para una economía como la española, extremadamente dependiente del dinero procedente del exterior para financiar su crecimiento. Y que se manifiesta con un déficit de la balanza de pagos equivalente a 10,5% del PIB, lo que explica el deterioro de la actividad económica. Sin financiación, no hay crecimiento.

1 comentario:

  1. Muchas gracias por la mención Paco, un placer poder contar con tu experiencia y puntos de vista en mi blog.

    La entrevista ha sido un éxito.

    Gracias de nuevo, un abrazo.

    Jorge Sánchez
    www.elalpende.es

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