"El efecto sonajero"

Bancos y cajas buscan salida para los pisos embargados.
Expansión.com 28.08.08 por Olga Grau

Las entidades se adjudican la mayoría de los inmuebles al considerar las valoraciones bajas. Crecen los casos de personas que no pueden pagar la hipoteca y devuelven las llaves al banco, lo que se conoce como ‘efecto sonajero’.

Una señora entra en una oficina de una caja de ahorros en una localidad próxima a Barcelona. Pide hablar con el director de la sucursal y le entrega unas llaves. “Es la hipoteca de mi primo que ha regresado a Ecuador”, le dice la mujer. El caso es real, pero el director de la oficina no quiere identificarse. La práctica de devolver las llaves de un piso al banco cuando no se puede pagar la letra se conoce como efecto sonajero en los países anglosajones. En España no es habitual, pero sí en EEUU donde existe más movilidad geográfica.

El actual repunte de la morosidad y el aumento de la población inmigrante en los últimos años, ha hecho que se empiecen a dar casos de este tipo en España, sobre todo en colectivos de extranjeros que han perdido el empleo y quieren regresar a sus países. El Banco de España pronosticó en abril que la morosidad podría alcanzar el 11% en el escenario más pesimista.

Si el precio del piso no cubre la totalidad del crédito, legalmente el banco podría pedir responsabilidades a la persona. “El problema es que ese proceso es muy caro se si marchan del país”, explica Pere Brachfield, profesor de finanzas de la Escuela de Administración de Empresas (EAE) y director del Centro de Estudios de Morosología. “La gente que no está habituada a pedir créditos –prosigue Brachfield– cree que la entidad financiera es la dueña del piso”, explica.

En Caixa Catalunya, la quinta caja de ahorros española, confirman que se han producido varios casos del efecto sonajero en su red de oficinas, aunque carecen de cifras concretas. Otras entidades más pequeñas, como Caixa Sabadell, también se han encontrado con llaves en los mostradores de sus sucursales.

Fuentes del sector aseguran que la mayoría de bancos y cajas han empezado trámites para realizar subastas de pisos y que se han dado casos de devolución de llaves en oficinas, a pesar de que hay entidades que no lo reconocen por miedo a que la práctica prolifere.
Para afrontar este tipo de situaciones, las cajas han creado fórmulas imaginativas. Caixa Catalunya ha lanzado un nuevo producto bautizado Dación en pago de deuda. Se trata de un figura jurídica por la que el deudor cede el inmueble del que es titular a la caja a cambio de la extinción de la deuda hipotecaria.

La entidad que preside Narcís Serra pasa a ser la titular del inmueble, pero en vez de venderlo, en muchos casos lo alquila a precio de mercado, explican fuentes de la caja. La entidad abre la posibilidad de que sea el anterior propietario el nuevo arrendatario, lo que supondría pagar un precio inferior al de la letra. El procedimiento es válido para personas físicas y pisos y quedan excluidos párkings, locales y naves industriales.

Caixa Catalunya ha realizado un total de 234 subastas de pisos este año, sobre procedimientos iniciados en 2007. Entre enero y junio se han iniciado un total de 870 procedimientos de ejecución hipotecaria y la entidad prevé que se presenten otros 2.000 antes de fin de año. El subdirector de Caixa Manlleu, la caja catalana más pequeña, explica que la entidad ha realizado cuatro subastas y ha iniciado el trámite para realizar otras cuarenta. Fuentes de Caja Madrid también confirman que se están preparando expedientes. “El aumento espectacular de las subastas lo veremos a finales del primer trimestre de 2009”, explica Manuel Ramón López Domech, abogado mercantil e inmobiliario. López Domech pronostica que bancos y cajas se quedarán los pisos, como en la crisis de 1992 y 1993. “Volverán a convertirse en inmobiliarias porque si el banco dio el 100% del valor de la hipoteca y todavía no se ha amortizado capita, pierden dinero si lo venden”, explica.

¿Quién está detrás de las bambalinas de las subastas?

Las subastas de pisos siempre han estado rodeadas de secretismo y vinculadas a una figura inquietante conocida como el subastero, que es la persona física o jurídica que va a las subastas que realizan bancos y cajas y puja por los activos inmobiliarios. En el año 2000 se modificó la Ley de Enjuiciamiento Civil con el objetivo de simplificar el proceso, darle transparencia y evitar abusos por parte de las personas que se adjudican los inmuebles.

El plazo que va desde que una persona deja de pagar una hipoteca hasta que se subasta el piso se estima en entre ocho y doce meses. Cuando una persona no paga la letra de su hipoteca durante tres meses seguidos, el banco, por mediación de sus abogados y procuradores, puede iniciar el sumario hipotecario, que es el proceso que finalizará en la subasta.

Los juzgados encargados de los procedimientos de ejecución son los de Primera Instancia. Transcurrido el plazo se lleva a cabo la subasta. En más del 50% de los casos son las propias entidades las que se quedan los activos porque la valoración del inmueble no les satisface.

La otra mitad se las llevan los profesionales de las subastas. “A los subasteros siempre se les ha acusado de hacer trucos para aumentar el precio del inmueble artificialmente y pactar entre ellos para quedarse los activos”, explica Manuel Ramón López Domech, abogado especializado en mercantil e inmobiliario del bufete EPC. Este letrado, que asesora a bancos y cajas en este tipo de procedimientos, explica que en Cataluña se contabilizan un total de 25 subasteros que se reparten el mercado y en Madrid, una cincuentena.

Una vez se han adjudicado el inmueble, tienen que afrontar el proceso de tomar posesión del bien y, en su caso, del desalojo de los inquilinos, lo que puede alargarse meses. La complejidad del proceso hace que los particulares que buscan comprar un piso para su uso particular no puedan acceder fácilmente a estos procesos.

La pobreza, más cerca (Primero pan, luego laicismo)

Pareja de ancianos indigentes

Primero pan, luego laicismo.

El enemigo de la sociedad no es la iglesia católica, que desde Cáritas asiste a los pobres olvidados por la clase política, sino la pobreza.

Aunque me tengo por una persona religiosa, porque creo firmemente e intento integrar en mi vida que todos los seres que compartimos el universo estamos de alguna manera "religados", no soy católico ni profeso ninguna otra confesión, pero creo que ahora parece todavía más disparatado que en el último congreso millonario del PSOE en plena crisis -tan millonario como el del PP- se prestara más atención a arreglar los últimos flecos para garantizar la laicidad del Estado que a resolver la crisis que tantos ciudadanos padecemos y que desde el gobierno nos han negado hasta hace tres días.

Parece que cuando llega la crisis, sólo podemos esperar la ayuda de la beneficiencia, sea la de la iglesia católica (la principal amenaza de nuestra sociedad, a juzgar por el contenido del último congreso del PSOE) a través de Cáritas o la de otras organizaciones benéficas, porque nuestro gobierno primero niega la crisis, insultándonos a quienes la padecemos, cuando por fin la admite, se niega a actuar - recuerdo las imágenes del Ministro Solbes explicando que el mercado debería ajustarse por sí mismo, las víctimas del ajuste importan poco en su socialismo de limousina y caviar- y finalmente adopta medidas cortas y torpes que no convencen a nadie.

Sólo tienen su complacencia los sindicatos vendidos, que aseguraban que la industria absorbería los puestos de trabajo que se perdieran en la construcción -otro disparate más: la industria ya cayó más de un 9% en junio-.

Entretanto, la misma banca que con su voracidad propició la crisis, consiente el sobreendeudamiento de los partidos políticos y hasta perdona deudas -quien puede dudar que los partidos ya tienen precio y dueño, hasta los de ideario anticapitalista, como IU, el partido más endeudado con las cajas andaluzas-. ¡Qué asco!

El nuevo perfil de la pobreza española.
Fotocasa.es 19.08.08

La actual tesitura económica, el incremento del paro y la subida del precio de hipotecas y alquileres están redibujando el perfil de la pobreza en muchos puntos de España. Los servicios asistenciales de Cáritas tienen sobre la mesa "cientos de solicitudes" de ayuda económica para familias en su mayoría compuestas por un parado de la construcción casado con una mujer que limpia o cuida ancianos a tiempo parcial y con al menos dos hijos en edad escolar.

Según las distintas delegaciones de Cáritas diocesanas repartidas por el territorio nacional, inmigrantes en situación irregular, mujeres sin recursos con cargas familiares o personas sin hogar son quienes reciben la asistencia básica en algunas zonas, como el norte del país. Sin embargo, en lugares como Madrid, Extremadura o Andalucía, el perfil se amplía a familias no siempre extranjeras que acuden en busca de cobertura "para los servicios más básicos", porque todos sus ingresos, inferiores a sus gastos, se destinan a conservar un techo donde cobijarse.

Este es el caso más común en la capital. Una de las responsables en la gestión de Cáritas Madrid, Concha García, explica que desde enero se han registrado peticiones de un mayor número de familias de estas características. "Son las que en los últimos años han accedido a la compra de una vivienda al ver que les subía el precio del alquiler y que ahora se han encontrado con que suben los intereses, mientras bajan sus ingresos por el paro de uno o de ambos cónyuges y se produce una subida general de todos sus gastos".

Hay tanto españoles como extranjeros, aunque éstos en mayor medida porque tienen más problemas para cubrir las necesidades básicas al carecer de redes sociales de apoyo en España. "Un español puede ir a comer un día a casa de un pariente si no tiene comida, un extranjero no tiene a dónde ir", apostilla la responsable de Cáritas, quien vaticina una situación "mucho peor" para la mayor parte de estas personas porque ahora pueden estar cobrando un subsidio por desempleo que, sin embargo, "no durará para siempre".

La "vergüenza" y la "esperanza de encontrar una salida" hacen que quienes acuden a Cáritas en Madrid lo hagan ya con deudas importantes acumuladas, "cuando están con el agua al cuello y no ven otra salida". Lo mismo ocurre en la diócesis de Sevilla, donde, según la coordinadora del Área de Acción de Base, Catalina Acedo, se reciben peticiones para cubrir de golpe varios meses de impagos de alquiler o hipoteca.

"Hay muchísimas familias que están en situación de mucha precariedad, pero más o menos, van tirando. El problema es que en el momento en que hay una crisis, se vienen abajo y llega un punto en que no saben cómo salir adelante, y entonces, recurren a nosotros porque necesitan cantidades muy grandes", explica Acedo.

Complacencia sindical, complacencia patronal

¿Dónde están los sindicatos? ¿Dónde la patronal?
Voto en blanco 25.05.08

La crisis en España no es una "desaceleración" sino un proceso letal que cierra empresas, arruina a empresarios, destruye empleos y siembra la angustia y la tristeza en las clases trabajadoras, pero los sindicatos y la patronal están ausentes, como desaparecidos.

¿Dónde están los sindicatos? ¿Dónde está la patronal? ¿Por que no se escuchan sus protestas, ni sus propuestas? ¿Por que no presionan al estático e inútil gobierno para que tome medidas contra la devastación que la crisis está generando en la economía?

La única explicación es que los sindicatos y la patronal están comprados por el poder político. Maniatados y amordazados por las subvenciones, las concesiones y los privilegios, los representantes de los emprendedores y de los empleados, acobardados y sin autoridad moral, no se atreven a protestar, a defender a los suyos y a acosar al gobierno, como es su deber.

La crisis está poniendo al descubierto nuevas miserias y deficiencias de la democracia española, incapaz de que sus instituciones y resortes funcionen en tiempos de crisis. Cuando los sindicatos y la patronal deberían estar presionando con fuerza al gobierno para defender los intereses de sus representados, que son los que están sufriendo la crisis con mayor dureza, guardan un silencio cómplice y corrupto que no resulta comprensible ni tolerable por la sociedad española.

Los gobiernos españoles y autónómicos hace mucho que aprendieron a silenciar a los sindicatos y a la patronal otorgándoles privilegios y subvenciones que les han hecho dependientes y sumisos. Reciben generosos fondos para formación y otras muchas subvenciones que han hecho crecer en torno a los sindicatos y, especialmente, en torno a la patronal entramados de empresas de dudosa legalidad que se benefician de esas subvenciones y privilegios del poder.

Cuando llega la hora de presionar y de defender a los suyos, entonces no pueden hacer nada porque saben que están amordazados y atados por el poder.

La Ley de Suelo encarecerá el precio de la vivienda libre

FRECOM

López Rejas: "La Ley del Suelo encarecerá la vivienda libre".
Murcia Reportero Digital 17.05.07 por A. Guillamón Buendía

La Federación Regional de Empresarios de la Construcción de Murcia (FRECOM) ha denunciado las presuntas consecuencias negativas de la Ley del Suelo del Gobierno de España en el desarrollo económico del sector y sus clientes.

"La Ley del Suelo restringirá el mercado para la construcción y encarecerá el precio de la vivienda libre. La única manera de abaratar su precio es con la liberalización del suelo y el equilibrio entre la oferta y la demanda", explicó el presidente de los Promotores, José Luis López Rejas.

El nuevo texto legal del Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero destinará el 30 por ciento del suelo a Viviendas de Protección Oficial. "Los españoles destinan de media el 56% de su salario a pagar la hipoteca de su casa. Ahora, el valor del suelo será el real", justificó el presidente del Gobierno.

El máximo dirigente de FRECOM, Fulgencio Belando, ha realizado un balance positivo sobre el crecimiento económico del sector en la Región de Murcia en el último año. "Hemos crecido un 6% frente al 5'8% de la media nacional. Hemos construido 40.000 viviendas y su precio ha subido un 7% respecto a 2006. Hemos generado 105.000 empleos directos y reducido la siniestralidad laboral en un 28%".

Los constructores han criticado la derogación del Plan Hidrológico Nacional (PHN), fuente de riqueza para Murcia. "Las obras licitadas por el Gobierno han aumentado con la ejecución del Programa AGUA, pero suponen menos inversiones que el Plan Hidrológico", aseguró Belando.

Bienvenid@ a CPS


Bienvenid@ a este espacio del que sin darte cuenta ya formas parte desde el momento en que estás leyendo. Puede que, al menos al principio, este sea un espacio más pequeño que los minipisos de aquella ocurrente Ministra de Vivienda kelifinder, pero al menos aquí no hay que pagar alquiler ni hipotecas a 30 años y entre todos procuraremos convertir este espacio en un lugar de encuentro acogedor aunque nunca llegue a ser tan grande -ni falta que nos hace- como esos pabellones donde los partidos políticos siguen celebrando sus congresos nacionales a todo lujo con el dinero fácil de la banca complaciente que un día les exigirá devolverles el favor.

Entretanto, a los ciudadanos nos insultan pidiéndonos austeridad y sacrificio. Todo un ministro de economía nos pide que no dejemos propinas de un euro por un desayuno -esta supongo que es de los hermanos Marx- y que sustituyamos el cordero o el pavo por el conejo, petición que imagino que los raritos que hemos elegido ser vegetarianos debemos interpretar como que aprovechemos bien la piel de las patatas en los purés. Otro ministro, con su chófer y su vehículo oficial, nos pide que utilicemos más el transporte público y que conduzcamos más despacio -esta sí que estoy seguro que es de los hermanos Marx-, aunque se lo perdonamos todo porque nos va a regalar una bombilla de bajo consumo para que resolvamos la crisis energética mientras en los ayuntamientos se siguen asignando partidas millonarias a la iluminación navideña. Señor Ministro, puestos a ahorrar energía, piense que a estas alturas los ciudadanos estamos tan quemados que si en el momento en que tenemos que pagar por llenar el depósito del coche nos enchufan su bombilla a la nariz iluminamos el Congreso de los Diputados. Está claro que la crisis para los políticos es mucho más llevadera bajo la sombra de los imperios de las familias Sarasola, Polanco, Bush o Botín, por mucho que a Esperanza le cueste llegar a fin de mes, por cierto, que a muchos la esperanza ya no nos llega ni a la primera semana del mes.

Los olvidados en un sector de gigantes.

En principio, por el más puro y egoísta interés profesional y comercial, este iba a ser un espacio dedicado a todos los pequeños y medianos promotores inmobiliarios que promueven viviendas en la Comunidad de Murcia, así como a todos los profesionales y las empresas, tanto del sector inmobiliario como de otros sectores que dependemos de ellos de manera más o menos directa y a todos los propietarios de un solar urbano, o de una casa vieja, almacén o garaje sobre un solar urbano, que pudieran estar planteándose ofrecerlo al mercado y quisieran saber antes cómo está la demanda. Por poco que uno conozca el sector, sabe que ninguno de estos perfiles se corresponde con el del especulador inmobiliario.

Desde aquí pido el respeto para los pequeños y medianos promotores inmobiliarios que, como los empresarios de cualquier otro sector, arriesgan su patrimonio en una inversión, en su caso una promoción de viviendas, inmovilizando recursos durante los más de dos años de ejecución de la promoción para obtener un beneficio que les permite reinvertir en otra promoción de viviendas. Como en cualquier otro sector, su inversión puede reportarles interesantes beneficios en tiempos de expansión y bonanza o graves pérdidas en años de recesión o crisis. Como en cualquier otro sector, su actividad genera empleo de manera directa en su empresa y de manera indirecta en sus contratistas y proveedores y en los proveedores de sus contratistas, inyecta salud a la tesorería de la Seguridad Social, aumenta la riqueza del país haciendo girar la rueda de la economía y contribuye vía impuestos a enriquecer las arcas de la administración.

Aunque he tenido la suerte de conocer a muchos de estos promotores que encarnan la segunda y hasta la tercera generación dedicada a esta actividad, también me he encontrado con muchos emprendedores que han decidido mucho más recientemente arriesgar su patrimonio en la actividad de promoción inmobiliaria seducidos por los cantos de sirena de un sector en plena expansión. Su decisión de emprender como promotores inmobiliarios no sólo es lícita y legítima, sino que constituye la respuesta humana más razonable para adaptarse las reglas de la economía de libre mercado según las cuales siempre se destinan más recursos a los sectores que ofrecen mejores expectativas. Juzgar a esos nuevos promotores por apuntarse al carro de un sector que estaba en plena expansión sería tan injusto como cuestionar a tantísimos estudiantes que, de manera igualmente comprensible, se inclinan por cursar las carreras que ofrecen mejores salidas profesionales. Si hay que juzgar algo, ampliemos nuestras miras y juzguemos a nuestro sistema de libre mercado, que es el que nos exige ser cada vez más competitivos para sobrevivir, supervivencia que en las economías occidentales del siglo XXI quiere decir que el joven pueda conseguir independizarse de sus padres a los 30 años, sea pagando un alquiler o una hipoteca a otros 30 años, a la vez que paga las cuotas de la financiación del vehículo que utiliza para poder asistir al trabajo y hacer el milagro de que todavía le quede algo para planificar para verano unas minivacaciones, que cada vez más son microvacaciones. Y si quiere formar una familia, ya sabe que les toca trabajar a ambos cónyuges y retrasar la llegada de la prole hasta que se consiga cierta estabilidad profesional y económica, ese momento que nunca acaba de llegar.

También reclamo el respeto a las familias que han invertido sus ahorros en el mercado inmobiliario en una coyuntura en la que el dinero daba la misma rentabilidad guardado dentro de una hucha que invertido en un depósito bancario, en un fondo de inversión o en bolsa.

Este es también un espacio para los propietarios de un solar urbano, o de una casa vieja, almacén o garaje sobre suelo urbano. En estos últimos años he sido testigo de cómo muchos de estos propietarios han conseguido, al transmitir esas propiedades a promotores inmobiliarios, sacar un poquito los pies del plato obteniendo al cambio una vivienda con todas las comodidades de las viviendas que se construyen ahora, y en muchos casos algún apartamento para sus hijos o para ponerlo en alquiler, además de cambiar la condena de su préstamo hipotecario por la tranquilidad de cierto desahogo económico.

La verdadera especulación inmobiliaria.

Sí es cierto que el sector inmobiliario en su momento de máxima expansión ha atraído también a especuladores oportunistas. Lo mejor que podemos pedir a quienes juzgan con igual severidad a todas las empresas, profesionales y familias que tuvieron algo que ver con la expansión inmobiliaria, es que miren más allá de lo obvio y se pregunten de dónde han podido salir los especuladores, porque quienes han visto crecer su patrimonio de forma casi exponencial son las grandes empresas del sector, participadas en muchos casos por capitales procedentes de otros sectores, incluso de la banca, que no se podía resistir a quedarse sin un gran pedazo del ese suculento pastel que ahora se le indigesta.

En estos últimos años he sido testigo de cómo el pequeño y mediano promotor, condicionado por su ajustada capacidad financiera, se ha visto limitado a adquirir mediante compraventa o permuta, con frecuencia a los precios desorbitados que marcaba la alta demanda, pequeños solares urbanos que les iban a permitir solicitar de inmediato la licencia de obras para tener terminadas y vendidas las viviendas cuanto antes y así recuperar su inversión y poder cumplir con la banca prestamista. Los altos precios pagados por el suelo les condicionaban asimismo a vender a precios muy poco competitivos.

Entretanto, las grandes empresas del sector, sin ninguna dificultad para que la banca les apoyara a mantener fondos inmovilizados durante años, se podían permitir adquirir terrenos urbanizables, a menudo a grandes terratenientes, que les cosecharon en unos pocos años, al final del proceso de su transformación en suelo urbano, muy suculentas plusvalías.

Finalmente, hemos asistido a como los grandes potentados, no teniendo ninguna prisa en recuperar su inversión y no estando dispuestos a conformarse con las suculentas plusvalías de la especulación con terrenos urbanizables, prefirieron adquirir grandes extensiones de fincas rústicas, superficies medidas en millones de metros cuadrados, para, moviendo los resortes del poder con los que están sobradamente familiarizados, conseguir recalificaciones, casi siempre escandalosas, de terrenos no urbanizables en urbanizables y suscribir convenios urbanísticos para que un día esas fincas rústicas yermas por las que pagaron precios ridículos por metro cuadrado se conviertan en codiciado suelo urbano, consiguiendo así rentabilidades absolutamente disparatadas.

Demasiadas ovejas negras.

Reconozcamos que en este sector hemos visto triunfar a muchos personajes que no han prosperado precisamente por su talento ni por su esfuerzo, sino fundamentalmente por su repertorio de malas prácticas, y reconozcamos también que, aunque no se nos escapa que este mal está presente en todos los sectores -telefonía, banca, energía, industria, medios, etc.-, es cierto que en el sector inmobiliario los casos acaban resultando más escandalosos. Es un buen momento para no caer en la tentación de hacer corporativismo y para denunciar públicamente a quienes no sólamente no han competido en igualdad de condiciones, sino que además han alimentado con sobradas razones la desconfianza hacia el sector en general, tanto que el ciudadano, cada vez más quemado, ya no acierta a distinguir si es que se han colado ovejas negras en la familia inmobiliaria o es que en una familia de ovejas negras excepcionalmente aparece alguna menos oscura.

Aunque la crisis siempre será más dura y menos llevadera para los miles de pequeños y medianos promotores, porque la banca se juega mucho menos para darles con la puerta en las narices, las crisis más sonadas serán siempre las de las promotoras de renombre, las que jugaban en otra liga, las que antes salían en prensa por sus galardones empresariales y sus patrocionios deportivos y ahora son portada por sus escándalos.

Personalmente, no me alegro de ello. La crisis de cualquier empresa de la que depende la economía de muchas familias no me produce ninguna satisfacción personal, sólo tristeza. Y en los casos concretos de las grandes promotoras, podemos estar seguros de que sus administradores y socios habrán sido muy cuidadosos en blindarse muy bien para que, si sus imperios finalmente tienen que caer, ellos caigan siempre sobre blando. Lamentablemente, sus escándalos eclipsan la atención sobre el auténtico drama de muchos trabajadores, profesionales autónomos y empresas que estas promotoras pueden arrastrar en su caída y el de muchas familias que aún esperan recibir sus viviendas.

A diferencia de lo que le ahora le sucede a la inmensa mayoría de los pequeños y medianos promotores que se enfrentan a un verdadero problema con la banca que ni les renueva la financiación ni tampoco financia a las familias para que les compren sus viviendas, en el caso de estos grandes promotores, con las cifras de deuda que se manejan, es la banca y no el deudor quien se enfrenta a un serio problema.

El libre mercado ya no es libre, está tiranizado.

No nos podemos permitir el lujo de desaprovechar la invitación a reflexionar a la que nos obliga esta crisis iniciada en el sector financiero e inmobiliario, en la que -qué raro- los grandes beneficiados han sido los poderosos que la propiciarion (la banca voraz, las grandes inmobiliarias y los especuladores profesionales) mientras las víctimas somos el resto de las economías.

El libre mercado no es una fórmula perfecta, sólo es la menos mala porque es la única que crea riqueza, con el inconveniente inherente al sistema de que esa riqueza genera desigualdades y después las agrava. La historia reciente nos ha demostrado que otros sistemas económicos son incapaces de crear riqueza -más que en los patrimonios de los dictadores, de los miembros del partido y de los altos mandos militares- y la macroeconomía elemental nos dice que en un sistema incapaz de generar riqueza sólo cabe aplicar fórmulas para distribuir una pobreza que se irá agravando, así que mejor nos quedamos con el libre mercado.

El libre mercado es el equivalente en economía a la democracia en política, es decir, constituye la menos mala de todas las fórmulas, pero eso no la convierte en una fórmula perfecta, porque en democracia la minoría tiene que resignarse a ser gobernada por los representantes elegidos por la mayoría y el sistema permite a otras minorías menos numerosas que, a cambio de actuar como bisagra para consolidar una mayoría, puedan ejercer todo el poder influyendo desde esa mayoría. Pero, con todo lo que la historia nos ha enseñado con la sangre, sudor y lágrimas de las víctimas de otros regímenes, hoy no hay que ser radical, sino sencillamente estúpido, para no darse cuenta que todos estos vicios son un mal menor comparado con la garantía que la democracia representa para la paz, para la estabilidad y para la representatividad de la voluntad popular.

El problema no es que estemos condenados a elegir el sistema de libre mercado como el mal menor, porque eso es algo que tenemos asimilado y con lo que ya contábamos. Con lo que no contábamos es con que el actual sistema de libre mercado ya ha dejado de ser libre porque está tiranizado y esclavizado por las grandes corporaciones y la banca con la que todos los partidos políticos están en deuda. Hasta los partidos que enarbolan la bandera anticapitalista persiguen los favores de la banca y no le hacen ningún tipo de ascos a la oportunidad de beneficiarse de ese trato de favor. Casi resulta comprensible que acaben doblegándose ante su poder, si no fuera porque ese cinismo sencillamente da asco.

Actualmente no participamos en un libre mercado con unas reglas de juego garantizadas e iguales para todos, sino que asistimos a la corrupción del sistema con unas reglas de juego viciadas por la forma más voraz y salvaje de capitalismo, que puede dar paso en apenas unas décadas al equivalente en el tercer milenio de un nuevo régimen feudal -sí, suena fuerte, pero te prometo que no he mezclado medicación, dedícale una pensada a ver si lo que auguro te parece tan descabellado-.

Las clases medias van despareciendo. El tendero que en los noventa tuvo que cerrar su comercio por el desembarco en nuestro país de las grandes cadenas de distribución multinacionales, hoy tiene a su hijo con título universitario trabajando con un contrato en precario de cajero en una de esas cadenas de distribución. A esta tiranía ya no escapan ni los profesionales libres, porque hasta los abogados, los dentistas, los cirujanos plásticos, etc. están empezando a padecer la competencia que les llega desde los grandes despachos y corporaciones de su sector que intentan seducir a sus clientes habituales mediante el enorme despliegue publicitario que les proporciona su poder económico.

Por mi espíritu crítico, ya desde mi primer artículo me reconozco, me declaro y me confieso incapaz de limitarme al enfoque de partida, dirigido a los potenciales compradores y vendedores de suelo no especulativo, por lo que voy a aprovechar este espacio y la libertad que me da la red para informar, opinar y denunciar públicamente a todos los agentes que de manera directa o indirecta han convertido la economía de libre mercado en un mercado salvaje en el que al ciudadano cada vez le cuesta más sobrevivir a la creciente voracidad de las grandes corporaciones, la banca y otros poderes económicos. Y por extensión, me esforzaré por no olvidar a ningún otro poder ni institución que pueda participar en los atropellos a la ciudadanía: legisladores y clase política, corrupción del poder judicial, sindicatos, imperios mediáticos, lobbys de poder, etc. Prometo ser claro y sincero, no me importa cosechar enemistades porque no aspiro a ningún premio de popularidad y , como soy consciente de lo larga que puede ser la mano de tan poderoso enemigo, sólo seré lo suficientemente cuidadoso para evitar que un día tenga que pedirte que me traigas bocadillos a la cárcel.

Mientras desde este espacio denuncio injusticias y comparto contigo opiniones, continuaré dedicándome a la comercialización de suelo no especulativo, que al final es lo que me va a permitir pagar la hipoteca y comprar mi libertad en esta nueva forma de esclavitud del siglo XXI. Espero que, si mis clientes se pasan por aquí, este espacio les dé oportunidad para conocerme mejor y confío en que algunos hasta se puedan sentir cómodos en este espacio y se acuerden un poco más de mí y, si lo que aquí expreso no les desagrada demasiado, hasta me den más trabajo.

Después de todo, quizás no nos merezca la pena sufrir tanto, porque cuando leo las noticias y descubro lo bien organizados y eficientes que podemos llegar a ser para conseguir al mismo tiempo destruir el medio ambiente que deberían heredar nuestros hijos, condenar a la pobreza a la mayor parte de la humanidad en vía de desarrollo –menudo eufemismo cuando ya los hemos condenado al subdesarrollo- y acabar con el resto de los seres con los que compartimos el planeta, me resulta mucho más razonable pensar que el propio planeta ha preferido pulsar el botón de cuenta atrás para autodestruirse antes que verse en nuestras perversas manos.

Bienvenido a tu blog. Si tienes espíritu crítico y no te asusta la verdad, ponte cómodo porque estás en el lugar adecuado. Si algo de lo que he dicho aquí remueve tus principios, levántate de un salto porque acabo de ponerte una chincheta, y si te duele es porque aún estás viv@ y te queda espíritu crítico y, además, está claro que no estás entre los poderosos porque esos no se sientan sin el mullido almohadón de su indolencia.