Buenos deseos para el nuevo año, incluso aunque sea el 2009

Varita mágica
Feliz navidad y próspero año 2010 (ó 2011).

Si alguien te desea un próspero 2009 y no eres banquero ni pericante, no lo dudes, quítale las llaves del coche porque no está en condiciones de conducir.

Algunos de mis deseos para el nuevo año, incluso aunque sea el 2009. Feliz navidad y qué Dios nos pille confesados en el 2009, dicho con todo el respeto a los laicistas, pero es que este año vamos a rezar mucho más incluso los que ya no nos acordamos muy bien cómo se hace y en televisión es la primera vez que anuncian un coleccionable de rosarios (no se les escapa una a los de las editoriales):

► Que los políticos se ocupen más de resolver la catástrofe presente que en resucitar la memoria histórica, que eso tiene espera. Las hipotecas y el pan de los hijos de los parados, no.

► Que los políticos se acuerden de una vez de que se les paga para ayudar a resolver los problemas de los ciudadanos y no para crear nuevos problemas donde no los había, que así nos va. Y en la peor crisis de las últimas siete décadas algunos políticos -que han dejado bien claro que a ellos la crisis no les toca ni de refilón- se permiten abrir debates tan prioritarios para la ciudadanía como el de las selecciones de fútbol autonómicas.

► Que los partidos políticos dejen de lado su condición de deudores de bancos y cajas –la mayoría deudores morosos- y que le exijan a la banca que vuelva a hacer circular dinero para no estrangular a pymes y familias. Si no lo hacen, además de dejar el país desierto de pymes y repletito de parados, la banca ejecutora de hipotecas se va a hacer en un trís con todo el patrimonio inmobiliario privado nacional procedente de empresas y familias hipotecadas a precio de saldo en una maniobra tan perversa que va a dejar a Bernard Madoff como un robabocadillos de recreo.

► Que los mismos que llamaron a los inmigrantes a la tierra prometida con el exministro Caldera y ahora no dan la cara cuando sus invitados ya se ven obligados a abandonar esta tierra yerma, no acaben empujándonos a emigrar también a los españolitos en busca de una tierra próspera. Y ya estamos a un pasito de escapar a la vendimia.

► Que el gobierno que ha abandonado a su suerte a todas las pymes, autónomos y empleados dependientes del sector inmobiliario y que se llena la boca de advertencias sobre los peligros del modelo económico basado en el ladrillo deje de tomar medidas que sólo benefician a las grandes constructoras amigas.

► Que el gobierno que insiste –y hasta tiene razón- en que la crisis internacional la trajeron los banqueros no sea el mismo que le preste a la banca hasta 50.000 millones de las arcas públicas sin ningún tipo de control, porque aún no sabemos a dónde han ido a parar, pero lo que sí es seguro es que ni a las pymes, ni a los autónomos ni a las familias. Por algo el anuncio más caro de un año de crisis ha sido un anuncio de La Caixa, la caja delincuente a la que el mismo Solbes ayudó en los 90 a que le prescribiera su delito fiscal. Socialismo de banqueros y grandes constructoras.

► Que la política deje ser el gran negocio para los políticos. Que se prohíba el salto de los políticos a la empresa privada donde no se les contrata precisamente por sus méritos como gestores, sino por el peso de sus influencias y contactos: casos Taguas (Seopan, el lobby las grandes constructoras), Zaplana (Telefónica), Rato (La Caixa), etc.

► Que fascistas y comunistas estudien historia o hagan un viaje en el tiempo para ver que sus fórmulas son equidistantes de la inhumanidad y que se construyen sobre el más absoluto desprecio a los derechos humanos o, lo que es lo mismo, sobre la crueldad.

► Que se regule de una vez la perversión del libre mercado convertido en capitalismo salvaje porque si de esta sacudida nos libramos va a ser por los pelos y la próxima nos devuelve al trueque.

► Que los políticos dejen de jugar a la política. Con el terrorismo no se juega, con la crisis no se juega, con el paro no se juega, con la vivienda no se juega, con las pensiones no se juega y, en general, con los intereses de los ciudadanos no se juega.

► Que los jueces dejen de jugar a la justicia. Que desaparezca el corporativismo, el amiguismo, los prejuicios y la arbitrariedad en las sentencias judiciales. Que los jueces no sean intocables. Que los políticos destinen a la administración de justicia los medios que ésta necesita para salir de su situación tercermundista.

► Que la justicia esté al alcance de todos. Que se ponga fin a la actual injusticia de facto de que los amos del mundo se sepan perfectamente atrincherados con su legión de abogados de primera para que ningún paria se atreva a demandarles con un abogado junior y jugándose unas costas disparatadas.

► Que nuestras leyes dejen de ser un cachondeo para los terroristas y un reclamo para la delincuencia internacional. Entre el disparate de la pena de muerte y el “castigado sin postre” de nuestras sentencias judiciales hay muchas posiciones intermedias que no cuestionan nuestro espíritu democrático. Que tampoco cuestiona nuestro espíritu democrático reconocer que tener 17 años y 364 días no te hace menos consciente de tus actos que tener 18 años.

► Que en un mundo globalizado se nos olvide el concepto de patria y nación, que sólo quede el amor a la propia tierra como un sentimiento absoluto que no se enfrenta a nada. Que los que hacen negocio exprimiendo conceptos como el patriotismo o el nacionalismo se vayan buscando un empleo honesto.

► Que también se vayan buscando una ocupación sana quienes nos enfrentan desde cualquier forma de fundamentalismo religioso y desde cualquier forma radical de laicismo.

► Que desaparezcan no sólo las guerras sino todos los negocios cómplices que las alimentan y que las originan. Que entendamos de una vez que es casi lo mismo apoyar una guerra que autorizar vuelos secretos o exportar armas. Que a un mundo pacífico le duele igual una guerra que se libra en África que una guerra que se libra en Europa. Que a un mundo en paz le sacude igual un atentado en Nueva York que una matanza en Gaza. Que una víctima es una víctima, sea degoyada con un machete en Etiopía o batida de un tiro en la nuca en el País Vasco. Y que los ciudadanos pacíficos seamos igual de rotundos con el “No a la guerra” que con el “No a la exportación de armas”.

► Que se extinga la anacronía de los sindicatos chupando de la teta de las arcas públicas. No más sindicalistas barrigones. Que el Estado ofrezca directamente información, asistencia y amparo a los trabajadores en sus conflictos con las empresas. Que las empresas tengan presunción de inocencia en los Juzgados de lo Social. Que también se tenga en cuenta si la empresa ha sido habitualmente ejemplar en el respeto de los derechos de los trabajadores o si es conflictiva y reincidente.

► Que se extinga la patente de corso de las grandes corporaciones multinacionales y los bancos. Que los amos del mundo dejen de serlo y de estar por encima de todos los poderes. Que desaparezcan las sociedades secretas donde los amos del mundo toman las grandes decisiones que marcan el futuro de la humanidad, sociedades como El Club de Bildelberg o la Comisión Trilateral, con mucho más poder que la ONU, ya que en definitiva ésta se condiciona a lo que se decida en aquéllas.

► Que la ONU deje de ser el mercadillo de los jueves. Que se deroguen los derechos de veto de los países que más tienen que ver con las guerras y que más pisotean los derechos humanos. Esos derechos de veto son palos en las ruedas del carro de la paz. que no avanza un paso sin retroceder dos. Que la ONU empiece a servir para algo porque actualmente sólo nos regala esperpentos como el nombramiento como su embajador de Jesús Vázquez, presentador estrella de la abominable productora de telebasura y telecirco Gestmusic (Crónicas Marcianas, Gran Hermano, etc.). ¿Llegaremos a ver también de embajadores de la ONU a Sardá o Boris Izaguirre?

► Que el derecho a la vida prevalezca sobre la codicia de las grandes farmacéuticas en el genocidio del SIDA en el que la ONU una vez más mira para otro lado.

► Que los líderes de las economías occidentales que se han dado patadas en el trasero para salvar a sus banqueros, se las den también para acabar con la creciente indigencia en sus países y con el genocidio del hambre en el tercer mundo.

► Que los líderes mundiales se tomen en serio la conservación medioambiental. Que ningún político se permita frivolizar con el ultimátum del planeta que hemos devastado. Que el calentamiento global se asuma como la mayor amenaza para la humanidad y que como tal reciba atención prioritaria.

► Que a los artistas se les valore por su talento y no por sus apellidos, sus padrinos o sus afiliaciones políticas.

► Que sea el público quien valore a los músicos, no la lista de una cadena de radio dentro vendida a los intereses de las discográficas.

► Que desaparezca el género del cine de torturas y canibalismo. Que el cine deje de exhibir nuevas formas de tortura, que quien está mínimamente cuerdo no tiene el estómago para estas películas, quien está un poco tocado y se siente atraído por el género acaba trastornado del todo y quien ya está trastornado encuentra estímulo, reconocimiento y una fuente de ideas para ejercer su crueldad.

► Que el cine español se renueve para automantenerse y no parasitar de nuestros impuestos, que si no se vende cine español no es por el eMule sino porque los espectadores estamos ya aburridos de las pelis que reviven las crueldades de la guerra civil y la represión de la dictadura.

► Que la televisiones públicas tengan un fin exclusivamente didáctico, lo que no es incompatible con que sean entretenidas. Que las televisiones públicas no estén sometidas al poder político. Es indecente que en una televisión pública tenga cabida la crónica rosa y el Mira Quien Baila Peor.

► Que las televisiones privadas dejen de lobotomizar a la ciudadanía con realities y programas rosas, por mucho que se justifiquen en que la audiencia los elige. Que las cadenas sean valientes y sacudan las conciencias. Que personajillos del submundo rosa no se forren de este periodismo de peluquería. Que los periodistas que han encontrado aquí su filón reorienten sus carreras hacia otras realidades sociales anónimas pero más trascendentes para el ciudadano.

► Que los noticiarios de todas las televisiones informen de lo que por su trascendencia merece ser noticia y las verdaderas noticas no sean desplazadas por los contenidos que recomiendan los estudios de audiencia, que parecen ser el fútbol, los sucesos locales más truculentos, las pasarelas de moda y los concursos de alta cocina.

► Que los medios tengan un código ético mucho más exigente con la publicidad con la que nos machacan. Ni invadir el horario infantil con publicidad de alimentos basura con juguete de regalo ni intoxicarnos con la farsa de la obra social de las cajas de ahorros que desahucian sin piedad a las familias y pagan sueldos multimillonarios a sus consejeros.

► Que la SGAE y el gobierno dejen de insultar a los ciudadanos con el anuncio de televisión en el que se compara el hecho de descargar con el eMule con la canallada de echar humo a la cara de una embarazada. Que los políticos le presten como mínimo la misma atención a los parados de cualquier sector que a los parásitos de la SGAE.

► Que la mejora de la educación se centre en la calidad de la enseñanza y no nos distraigan con el debate sobre las asignaturas de religión y educación para la ciudadanía. Que lo que de verdad nos importa a los padres es que la educación pública mejore mucho su nivel para que los colegios privados no tengan ventaja en los currículos. Que la educación no sólo debe ser gratuita, desde los libros de texto hasta el comedor escolar, sino que debe ser de calidad y completa, desde las asignaturas básicas hasta las actividades extraescolares. Más inversión en la enseñanza de idiomas, deportes y artes. Más empeño en conseguir la afición a la lectura.

► Que el consumidor exija absoluta transparencia a las empresas fabricantes y comercializadoras para asegurarse de que los objetos que fabrican y comercializan están exentos de cualquier sospecha de explotación infantil o mano de obra barata como indecente eufemismo de mano de obra en condiciones de semiesclavitud. Que como consumidores miremos, en general, un poco más allá, y veamos que cada establecimiento Mc Donald abierto representa, además de mucha obesidad infantil y coste para la Seguridad Social, cientos de hectáreas deforestadas para dar pasto a ganado vacuno.

► Que el consumidor empiece a demostrar su poder vetando productos de países donde no se respetan los derechos humanos para obligarlos a que se replanteen su sistema económico basado en la semiesclavitud. Es una vergüenza que Estados Unidos mantenga el embargo sobre Cuba y haga hasta reverencias al dictador chino o se lave las manos cuando el pueblo de Israel pasa de víctima a victimario perpetrando una matanza organizada en Gaza. Es una vergüenza que los líderes de las democracias occidentales hagan la vista gorda con el atropello a los derechos humanos en China o Rusia para conseguirse mejores acuerdos comerciales.

► Que le pongan calle a las víctimas del terrorismo o a los periodistas muertos por denunciar vejaciones de los derechos humanos en cualquier punto del mundo antes que a toreros o a folclóricas o a Pilar Bardem por su militancia de joyas y abrigos de piel.

► Que los ciudadanos del mundo no miren hacia otro lado mientras se pisotean los derechos humanos en otro lugar del planeta. Que todos denunciemos. Que los medios se atrevan a poner el dedo en la llaga, cuando ahora callan tantas verdades por no resultar políticamente correctas.

► Finalmente, que en ningún caso los animales puedan ser objeto de tortura y crueldad. Ni toreros tratados como faraones ni monarcas cazando osos previamente anestesiados ni plebeyos peleando perros. La tolerancia con la crueldad con los animales insensibiliza y predispone a la crueldad con nuestra propia especie. Y estamos sobrados de predisposición natural para la crueldad.

Con toda seguridad me habré dejado mil deseos en esta carta a los Reyes Magos (o Presidentes de República Magos, igual me da), porque es mucho lo que hay que cambiar, pero los deseos que yo he olvidado ya los sabes tú. Ojalá se nos cumpla algo, que entonces los reyes habrán sido muy, pero que muy magos y espero que no quemen sus fotos los republicanos. Desear el cambio es el primer paso hacia el cambio.

Y que el año pase rapidito, que así dolerá menos.